Menta

La menta es una planta herbácea muy apreciada en la gastronomía por sus cualidades aromáticas y refrescantes, que además es muy fácil de cultivar en casa. Sin embargo, aparte de ser una hierba aromática imprescindible en muchas recetas de comida y bebidas, la menta también es una planta medicinal con numerosas aplicaciones beneficiosas para la salud, que se conocen desde antiguo. ¡Te invitamos a conocer las propiedades de la menta y todas las formas que existen de usarla en la medicina natural!

Propiedades de la menta

Hay pocas hierbas aromáticas tan versátiles en la cocina como la menta, que lo mismo sirve para realzar el sabor de verduras y legumbres como para preparar sabrosos postres o incluso bebidas. Con las propiedades de la menta a nivel medicinal sucede algo parecido. 

Entre otros beneficios de la menta, son especialmente conocidas sus cualidades digestivas, que abren el apetito y previenen la aparición de acidez, gases, náuseas y otros trastornos. Su contenido en mentol, un alcohol vegetal con propiedades descongestionantes, antiinflamatorias y antivíricas, hace que la menta sea ideal para tratar resfriados, gripes, bronquitis y otros problemas de congestión respiratoria. 

La menta también es un anticoagulante que mejora la circulación de la sangre y ayuda a curar golpes, hematomas y torceduras. Así mismo, aplicada sobre la piel permite tratar los hongos, urticaria, dermatitis y otros trastornos. Finalmente, la menta es un estimulante natural que levanta el ánimo e incluso se le atribuyen propiedades afrodisíacas.

Maneras de tomar menta

Hay muchas variedades de menta, si bien las más usadas en fitoterapia son la menta piperita y la poleo menta. Puedes comprar hojas de menta desecadas para preparar infusiones, tisanas, cataplasmas, etc. Otra presentación habitual es el aceite esencial de menta, que puedes añadir a bebidas o usar para preparar tus propios cosméticos naturales.