Salvia

¿Has oído alguna vez el refrán "Si coges salvia en el campo, no quedarás cojo ni manco"? Es un buen ejemplo de las virtudes que la sabiduría popular ha atribuido tradicionalmente a esta planta aromática, que se encuentra fácilmente en zonas de clima mediterráneo. Su intenso aroma hace que sea utilizada en cocina, si bien es en la medicina natural donde tiene más aplicaciones. Esto se debe a las muchas propiedades de la salvia, que la convierten en imprescindible en el botiquín de la naturaleza.

Las propiedades de la salvia

Los beneficios de la salvia se obtienen de las hojas y flores de esta planta, que contienen numerosos principios activos vegetales como alcanfor, fenoles, flavonoides, taninos, etc. Su composición hace que la salvia sea un antibiótico y antiinflamatorio natural, que se usa para tratar heridas y quemaduras, así como esguinces, torceduras, dolores articulares... También se puede usar para los problemas de garganta, úlceras y llagas en la boca o la gingivitis.

Otra de las propiedades de la salvia muy conocidas es su efecto digestivo, que combate la acidez de estómago y las flatulencias. Además, tiene un efecto relajante y estimulante que mejora el descanso, la concentración y el rendimiento intelectual. Por último, la salvia puede aliviar también las molestias de la menopausia y se usa para fortalecer la piel y el cabello.

Maneras de tomar salvia

La salvia permite elaborar diferentes remedios naturales en función de los síntomas a tratar. La forma de tomar salvia más sencilla es preparar una infusión o té de salvia con las hojas y flores secas de esta planta. Otra opción es recurrir a productos dietéticos como el aceite esencial o extracto de salvia, con una alta concentración de principios activos. Además, se venden comprimidos y cápsulas de salvia para tomar como complemento nutricional.